Ya viene la Virgen calle abajo y una marea entera de almas ansían un contacto.

¡Qué guapa viene la Virgen! sentada en el risco, bendiciendo con su cayado.

Desde la acera, en balcones, ventanas y pretiles de azotea, todos te rezan, acuden fieles a la anual cita gloriosa de un caluroso día sin tregua ni descanso.

Bendice a tu pueblo Madre, por tanto, cariño mostrado y a tus costaleros, que, a base de tesón, paciencia y desparpajo, portan tus andas cada año.

Qué bonita eres Pastora,

Humilde y sencilla a la vez.

Sobre el risco sentada,

con aires de emperadora,

bonita y evocadora,

como Madre de Dios Coronada.

Qué bonita eres Pastora,

Humilde y sencilla a la vez.

Camina como reina,

en parihuela dorada,

andando sobre los pies,

marcando los costeros,

con garbo y salero,

al compás de alegres marchas,

como tu gente de abajo

bien lo sabe hacer.

Qué bonita eres Pastora,

Humilde y sencilla a la vez.

De alegre barrio,

de verdes patios eres el centro

y de ventanas engalanadas.

De veleta al viento,

de blanca espadaña encalada,

de devotísimos vecinos

que te quieren como a su ser.

Qué bonita eres Pastora,

Humilde y sencilla a la vez.

Fruto de un amor desmedido,

de esforzado trabajo,

y en incondicional amor fundido,

una corona de oro

depositaron en tu sien.

Qué bonita eres Pastora,

Humilde y sencilla a la vez.

Reina de un barrio que amamos,

que derrocha arte por doquier,

punto de encuentro para los que la quieren ver,

que la tienen por patrona y por madre a la vez.

Qué bonita eres Pastora,

Qué bonita eres Pastora…

Humilde y sencilla a la vez.