El Beato Diego José de Cádiz

1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Sin extendernos mucho en su biografía pero para que sirva de introducción, es conveniente saber que el Beato Diego José de Cádiz nació, como su nombre de capuchino indica, en Cádiz, el 31 de marzo de 1743, con el nombre de José Francisco Juan María, hijo de José López Caamaño y Dña. María de Ocaña y García, gallego de Tuy y andaluza de Ubrique, pueblo este último que ve la infancia de nuestro Beato Diego. A partir de la temprana edad de 8 años empieza a experimentar una primera vocación a la Orden Capuchina que ya no le deja nunca y que haría que tomara los hábitos capuchinos en el convento de Sevilla el 12 de noviembre de 1757, con 14 años, y que con 18, hiciera la Profesión religiosa. De 1759 a 1766 cursa sus estudios de Humanidades, Filosofía y Teología y el 24 de mayo de 1766 culmina su carrera eclesiástica ordenándose sacerdote en la Prioral de Santa María de Carmona (Sevilla). Falleció el 24 de marzo de 1801 en Ronda (Málaga) y Su Santidad León XIII lo subió a los altares como Beato el 22 de abril de 1894.

Centrándonos ya en la parte de su peregrinar que más nos puede interesar por estar relacionado con nuestra Hermandad, podemos decir que está contrastada su estancia en la Real Isla de León a finales del siglo XVIII a través de sus propias palabras, sus vivencias, narradas por él mismo a través de la correspondencia que mantenía periódicamente con su Director Espiritual, el V. P. Maestro Francisco Javier González, fraile de la Orden Mínima.

Fue en la Cuaresma de 1781 cuando predicó en la Real Isla de León, a dónde llegó el 24 de febrero. Predicó en varios sitios “…la predicación se reduce a tenerla en la plaza las tardes de los domingos, lunes, miércoles y viernes, y en la Iglesia los miércoles y viernes por la mañana, y los sábados por la noche explicación de doctrina, los martes por la tarde plática en la cárcel, y los jueves a las religiosas de la Enseñanza que hay aquí (Compañía de María), y son muy ejemplares. Confesionario muy poco.”(1).

De estas predicaciones, las que más nos influyeron fueron las que realizó en el arsenal de La Carraca, según sus propias palabras – “para el que contribuye la lucida concurrencia del Real Cuerpo de Marina, Jefes y Generales, bien numerosa, por hallarse aquí la escuadra que ha venido por algunos días.”(1), ya que hablamos de 1781 y, justo un año después, el 10 de mayo de 1782, se aprobaban las reglas de nuestra Hermandad.

Es muy difícil pensar que no tuviera nada que ver cuando ya la devoción a la Pastora había hecho que el año anterior a la llegada del Beato a la Isla de León, el hacendado D. Domingo de Olea tuviera que abrir al público su oratorio particular, donde se rendía culto a la imagen de la Divina Pastora. Fue a petición de sus devotos, casi todos carraqueños que pasaban por delante camino del arsenal y que, a la postre fundaron la Hermandad y construyeron su iglesia, actual parroquia de la Divina Pastora. Faltaba solo un pequeño empuje para la fundación de la Hermandad y lo dio el Beato predicando según su “método” tal y como dice en esta carta que escribió pocos días después de dejar la Isla de León, en Málaga, el 15 de junio de 1781, “Mi método en las Misiones es, publicarla con una simple procesión al modo de un rosario, en que va delante la Imagen de la Divina Pastora, y al fin el Sto. Crucifixo; se van cantando por dos eclesiásticos en tono de rogativa la Letanía de los Stos., y yo exhortando al Pueblo, y convidándolo a oír la voz de su Dios que le llama a Penitencia; se termina en la Iglesia, o en una Plaza, si el concurso no cabe en aquella; y hago una plática según me parece la requiere el Pueblo”. (1) 

2. EL BEATO DIEGO JOSÉ DE CÁDIZ EN LA ACTUALIDAD DE LA HERMANDAD

En la actualidad, la figura del Beato Diego José de Cádiz sigue muy viva en nuestra corporación, la cual tiene un marcado carácter franciscano, ostentando ese título desde 1989. Además nuestra corporación tiene carta de Hermandad con el convento de Madres Clarisas Capuchinas. El Beato Diego es parte de nuestra vida diaria de Hermandad, como podemos ver a continuación.

  • Nuestra Bolsa de Caridad, entidad de la que nos sentimos muy orgullosos, lleva el nombre del Beato Diego José de Cádiz, como homenaje al que fuera llamado “el apóstol de la Misericordia”. Es una Bolsa de Caridad muy viva, siempre con nuevas e ilusionantes ideas para poder colaborar con los más necesitados del barrio a través Cáritas parroquial.
  • Dentro de los cultos del mes de mayo que dedicamos a nuestra Titular todos los sábados de este mes, el más cercano al 22 de mayo, festividad del Beato Diego J. de Cádiz, está dedicado íntegramente a su memoria.
  • El asta del Simpecado contiene un relicario de plata de 1ª ley, con incrustaciones de mar-quesitas y cristal zafiro, en cuyo interior custodia una reliquia del hábito del Beato Diego José de Cádiz, regalo a la Hermandad de Fray Antonio Ruiz de Castroviejo y Alba, guardián del convento capuchino de Jerez de la Frontera. Dicha reliquia se da a besar a los fieles al terminar los cultos del sábado citado en el párrafo anterior.
  • En 1994, con motivo del centenario de su beatificación, la imagen del Beato Diego José de Cádiz del convento capuchino presidió nuestros Cultos de agosto y acompañó en un pasito a la Divina Pastora en su procesión del 15 de agosto de aquel año.
  • Una imagen del Beato Diego se encuentra entronizada en la base del altar de San José de la Iglesia de la Divina Pastora desde el pasado año 2008, y acompaña a la Divina Pastora en su paso procesional todos los 15 de agosto desde 1995.
  • En la Solemnidad del Corpus Christi del pasado año 2007, año en que nuestra hermandad celebraba el CCXXV Aniversario Fundacional, trasladamos la imagen del Beato Diego José de Cádiz, que se encuentra en el convento de Madres Clarisas Capuchinas de San Fernando, a un altar en la Plaza del Rey de nuestra ciudad, para que desde allí presidieran la procesión del Corpus organizada por el arciprestazgo de San Fernando.

(1) Se han acercado los textos escritos por el Beato al lenguaje de hoy en día para una mejor comprensión, pero sin variar para nada la construcción de cada frase o su significado.

Bibliografía:

  • GARCÍA SÁNCHEZ, Fray Juan Bautista, Trotacaminos de Dios (Beato Diego José de Cádiz), El Adalid Seráfico, 1983.
  • CAÑETE CASTRO, Fray Carlos, Beato Diego José de Cádiz ”Capuchino, misionero y santo”, HH.MM. Capuchinos de Andalucía, Vicepostulación del Beato Diego, 1990.
  • AMBROSIO DE VALENCINA, Fray Ambrosio, El Director Perfecto y el Dirigido Santo, Imprenta de la Divina Pastora, 1924.
  • DE HARDALES, Fray Serafín, El Misionero Capuchino, compendio histórico de la vida del Venerable siervo de Dios el M. R. P. Fr. Diego Josef de Cádiz, 1840.